jueves, 24 de febrero de 2011

Un argentino en...

Los noticieros nunca se cansan de agregar, cuando sucede una tragedia importante en el mundo, que hubo un argentino que sufrió las consecuencias del siniestro. Les encanta dar ese dato. Y a mí me enferma, por cierto… las que se mueren son personas, señores.

lunes, 7 de febrero de 2011


Caminaron por la calle.
Miraron y miraban.
Una hablaba, la otra me miraba y miraba.
Una voz alta, la otra era bajita.
Las esquinas provocaban más palabras.
¡Atención! ¡Cuidado! ¡Esperá!
En algunas no había, pero en otras si…
Y entonces mi autoridad sumada a mi responsabilidad decía: ¿ves ese grandote, con luces fuertes? Es un semáforo. Todas las explicaciones y no sabía si entendía.
Sabía que veías el rojo, el amarillo y el verde. ¿Algo más?
Mis ojos te pidieron que me contestaras. ¿Habías entendido? ¿Lo hice bien? Y con tu rojo, verde, amarillo, dijiste SE-MA-FO-RO-RO…, muy chiquito, tanto que casi no lo oí. Lo repetiste y reí… EL SE-MA-FO-RO-RO cambió de color de golpe. Se fueron y sin saberlo, ellas dos, el SEMAFORORO hizo fuerzas (según me contaron) un envión y afuera. Hacia donde, no sé.
Después en casa. Las dos en la cocina. Una, la más alta con la comida. La otra la más bajita, la de los colores, con las ollas. ¿Con qué enciendo la cocina? ¿Dónde están los fósforos? ¿Nadie los vió? Y preguntaba y buscaba. Y me mirabas, siempre me mirabas. Y queriendo ayudar, siempre querías ayudar… me dijiste ¿FOSFORO-RO, mamá?
Repetiste el ritmo, hiciste la canción, brotó la música que vive en vos, otra vez.
Y risas, juntas.
Besos de mamá.
Besos de mi nena.
El FOSFORO-RO  se encendió. Y nos olvidamos de él. Guardamos y nos fuimos a leer Alicia. Pero el FOSFORO-RO  saltó y nos buscó (me contaron). No lo vimos. Ahora el tiempo del conejo blanco, el sombrerero, de la Reina de corazones…
Y el tiempo pasó. Y vinieron CA-CÁN, LA-LEL Y LU-CHÍA. Se juntaron con SEMAFORO-RO Y FOSFORO-RO cuando no los veaimos.
Pero yo los veia y no hacia ruido para que no se asustaran y se quedaran para siempre conmigo…
Era una fiesta.
Eras un fiesta… Así chiquita.
¿Cuántos poquitos años eran los tuyos?
Ahora, 23 años… Una alta, la otra también.
Caminas por la calle. Tal vez te acompañe. Correrás. Cantarás. Bailarás. Como ahora.
Ya no están más el SEMAFORO-RO, el FOSFORO-RO, CA-CAN, LA-LEL,  pero estás vos…
Hermosa.
Eterna.
Feliz.

Y estoy yo… más grande
                      entera
                      feliz.

Porque estás y porque yo estoy con vos.

Mamá

jueves, 3 de febrero de 2011

"Mejor, o peor, cada cual
seguirá su camino...
Cuánto te quise, quizás,
seguirás sin saberlo.
Lo que dolería por siempre,
ya se desvanece,
la vida es más compleja
de lo que parece..."