
jueves, 25 de agosto de 2016
sábado, 16 de enero de 2016
#HeridasEmocionales
Después de ver partir a alguien, o de haber pasado por algo grave, ¡qué importa lo que dicen los
demás!
En esa nueva etapa de la vida, después de atravesar un proceso de dolor tan intenso, las personas
se animan a arriesgarse a mucho más: se dan cuenta de que uno se arrepiente más por aquello que
no hizo que por lo que hizo.
viernes, 15 de enero de 2016
jueves, 7 de enero de 2016
Oh.. Mario querido.
Él tiene la teoria
de que cuando uno llora,
nunca llora por lo que llora,
si no por todas
las cosas por las que no lloró
en su debido momento.
Y yo comparto.
Grande, Mario!
lunes, 4 de enero de 2016
Sueño Dorado - Abel Pintos
Una caricia al viento y se calma.
Una palmada al mar y se calla.
Una sonrisa al sol y aparece.
Una mirada a la luna y se duerme.
Un suspiro a la flor que elijas.
Un deseo al color que digas.
Un suspiro al aroma y perfuma.
Una canción de amor y florece.
La sensación de tocar
esa magia que existe en el cielo.
La libertad de poder volar
a donde quieras sin prisa y sin miedos.
Sueño dorado del sol.
Eres camino para mis pasos
cuna de oro para mis sueños.
Rosa de lejos para el olvido.
Sublime forma de darle vida a mis años.
Grito que suena hasta en mis ojos.
Fuerza que aplasta vida en mi pecho.
Sombra que cría mi noche y mi día.
Campos de brisa de paz
donde viven haciendo.
Sueño dorado del sol...
domingo, 3 de enero de 2016
A quién escogemos amar y por qué
En el transcurso de la vida encontramos a una multitud de personas completamente diferentes que no se parecen entre sí. Algunas nos son indiferentes, y de otras nos enamoramos hasta perder la memoria. La psicóloga familiar Irina Chesnova intentó investigar a quiénes escogemos para amar y por qué.
Aquella misma imagen.
A veces es difícil decir por qué nos interesa una persona y por qué nos sentimos atraídos hacia ella. Porque nuestra elección es instintiva e inconsciente. Cada uno de nosotros guarda en las profundidades de nuestro ser las imágenes de las personas que participaron en nuestra crianza y maduración. Son las imágenes de nuestros padres y otros seres queridos que marcaron nuestros destinos.
En estas imágenes muchas veces se mezclan la realidad y las fantasías infantiles, sin embargo, precisamente esas imágenes son aquellas que asociamos con el amor: tal y como lo entendíamos y recibíamos (o no) en nuestra infancia. Y si alguien que conocemos «encaja» con aquella imagen, despierta en nosotros viejos recuerdos acerca de la primera relación significativa, y ya no podemos simplemente dejar a esa persona y sentirnos indiferentes. Nos sentimos intrigados, emocionados y próximamente nos encontramos enamorados.
Traumas de la infancia.
En psicología se afirma que la pareja que escogemos es «el padre perfeccionado». Es decir, de alguna manera se parece a nuestros padres (por eso sabemos cómo interactuar con ella), y en algunos sentidos es completamente diferente e incluso mejor que ellos.
Si cuando eras niño algo te faltaba en tu relación con tus padres, intentarás llenar el vacío y obtener ese déficit en tu relación con tu pareja (inconscientemente). Por lo tanto, muchas veces escogemos a aquellas personas que, a nuestro parecer, nos ayudarán a sanar los traumas, realizar tus necesidades psicológicas, cumplir con tus expectativas, esperanzas y sueños, y obtener aquello de lo que estábamos privados en nuestra infancia: amor, protección, aprobación, admiración y tal vez incluso independencia, importancia propia y perfección.
Un dato curioso: sentimos a la persona que elegimos como un alma gemela que a la vez es parecida a nosotros mismos y es distinta, nos «complementa» porque posee cualidades que no tenemos bien desarrolladas. Nos «complementamos» mutuamente: tu pareja es determinada y resistente y a ti te falta la firmeza, ella es razonable y tú más impulsivo, es resevada y tú espontáneo, es rígida y tú flexible.
Descubriéndose mutuamente.
La relación de dos personas es un organismo vivo que evoluciona y a veces se enferma. Puede curarse, y puede morir prematuramente. Al principio de una relación, estando bajo el efecto de sentimientos y emociones fuertes, no vemos ningún defecto en nuestra pareja.Para nosotros es perfecta. En sí, nos enamoramos de alguien a quien no conocemos del todo. Y cuando el velo ante nuestros ojos se cae, vemos a una persona viva que no se parece mucho a nosotros, tiene sus debilidades y deficiencias.
Y aquí hay dos opciones: separarnos decepcionados y emprender la búsqueda de un nuevo ideal. O aprender a dialogar, respetar las diferencias, aceptar las imperfecciones de ambos y admitir el derecho de cada quien a no ser perfecto.Es muy importante que no intentes cambiar a tu pareja, que tengas en cuenta sus puntos fuertes en los que te puedes apoyar a lo largo de tu vida y que te atrajeron algún día.
No hay nada más valioso que ver las cualidades de nuestra pareja que nosotros no tenemos. Sobre esta base se puede formar una relación en la que ambas personas se apoyen mutuamente. Y no acumulen en la alcancía de la vida rencores y reclamaciones, sino maneras de superar las dificultades, bonitos recuerdos, momentos de intimidad espiritual, alegría y amor.
El secreto de una buena y exitosa unión es la comunicación, la interacción cómoda y segura (sin depreciación, manipulación y chantajes), el deseo mutuo de buscar compromisos, la disposición a hablar sobre lo que más duele, no callar los problemas, la capacidad de soportar los sentimientos negativos (tanto propios como ajenos), la habilidad de pedir, recibir y apoyar, y también rechazar aquello que no conviene y respetar el derecho de tu pareja a hacer lo mismo.