Mirate, mujer, estas para que te amen.
Que se rompan las ventanas cada vez que pasás cerca. Para que se hagan grietas en el
piso cuando caminás.
Estás para que piensen en vos cuando se apagan las luces y ser el primer deseo de
alguien al despertarse.
Mirate bien, no estás para que te quieran a medias, no estás para que te engañen.
No estás para ser segunda opción.
Merecés muchas cosas, entre ellas, ser feliz, sentirte completa.
No mendigues amor, al contrario, deshacete de todo lo que te detiene.
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