Sigo teniendo el mismo rostro de siempre, con esos rasgos tan característicos, esos ojos marrones y transparentes, dulces y pícaros a la vez. Todo parece estar ahí en el mismo sitio de hace un año o dos, quizás tres. Pero todo ha cambiado.
He pasado de ser extremadamente conversadora a escuchar todo lo que la gente dice y prestando mucha atención a lo que realmente quiere decir.
He pasado de llorar por los amores perdidos a agradecerles por enseñarme las cosas buenas de la vida, darle las gracias por ser tan buenos maestros, por mostrarme lo que debemos o no ser en una relación y lo más importante a no tenerle miedo a la vida, sino a zambullirnos de lleno en ella, amar sin reservas, amar por amar y no por esperar la felicidad, porque cuando esta llega la confundimos con la rutina y la dejamos ir.
A dar paso por paso, a ser consciente por donde camino.
A agradecerle a mi cuerpo porque aunque no soy un 90/60/90 soy muy afortunada, este vehículo de viaje en la vida me ha salido muy bueno.
Llegamos casi al fin de este turbulento año 2010 que muchos quisiéramos borrar de la memoria y dejar atrás como algo anecdótico y del pasado.
Tuvimos aciertos pero también grandes errores, se alternaron alegrías con momentos de pena y dolor. Pero acá estoy, entera, y así seguiré estando.
A saborear la vida!
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